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Amadeo Tusell - 06 de julio del 2022
El empaquetado de productos se define como packaging, en el mundo del branding, y su marketing. Consiste en una envoltura que contiene el producto, o grupo de ellos, para que su conservación, manipulación y transporte se realice garantizando la indemnidad del mismo.
Encontramos diferentes tipos de empaques, y se pueden clasificar tomando en cuenta el contacto directo o no que mantiene el empaque con el producto.
Así encontramos empaque primario, secundario y terciario. El primero mantiene contacto directo con el producto, e incluso puede emplearse como envase para el consumo, el segundo contiene agrupación de varios empaques primarios, como el six-pack de bebidas, que facilitan su traslado.
El tercero es en la forma que habitualmente se trasladan los productos, a los puntos de venta. Este último empaque, muy rara vez se muestra al consumidor.
Materiales
La estructura del empaque de productos, independientemente del tipo que sea, siempre persigue el objetivo de proteger y mantener las propiedades y características del mismo.
También debe facilitar el almacenamiento y transporte de la mercancía, desde el punto de producción al sitio en donde finalmente se colocan al comercio.
Función
Para garantizar la protección del producto, y la facilidad de transportación, debe seleccionarse cuidadosamente el material del empaque. Sin embargo, que sea resistente no basta, ya que puede incluso reaccionar con el contenido, en el caso de los productos alimenticios, por ejemplo.
La seguridad del consumidor, es un punto a considerar, pero también la cadena de comercialización es tomada en cuenta para prevenir accidentes.
Ecología
La tendencia actual guía a los fabricantes al campo de lo ecológico y sostenible. Recordemos que entre los valores que son resaltados en el proceso de gestión de marcas, se ha posicionado de manera preferencial todo material que sea sostenible en el tiempo, y no cause daños al ambiente.
La reutilización y reciclaje de los empaques, ha sido una gran idea, que es aceptada con agrado por los clientes, convirtiéndose en un elemento diferenciador de las marcas.
Diversidad
Atendiendo a diferentes funciones y contenido de los empaques, se emplean diversos materiales para terminar de manera exitosa el proceso de producción, con un sistema de packaging adecuado, que pueda aprovecharse con los elementos de la marca.
Con el plástico, a pesar de las reservas por su grado de degradación en el ambiente, se han hecho adaptaciones interesantes, y se mantiene su uso de manera particular en productos alimenticios, por su resistencia e impermeabilidad.
El cartón ofrece una amplia posibilidad de impresión de logotipos y colores emblemáticos de las marcas, por lo que adicional al respeto ambiental que sostiene, marca preferencia en algunos productos.
El empleo de este material, aportando protección a productos frágiles y quebradizos, es una función adicional muy buscada.
Los textiles, especialmente de fibras naturales, sin colorantes ni añadidos químicos, vienen usándose para el empaque de prendas de vestir y calzado, aportando la posibilidad de emplearlo para otras funciones.
El material aluminizado se mantiene de manera particular, en el sector de snacks y chocolatería, por sus propiedades aislantes de la luz, y condiciones ambientales.
En empaque secundario, se busca mayor resistencia y durabilidad. En ese campo es muy empleada la madera, aportando protección y facilidades en almacenamiento, especialmente en traslados largos.
Características del material ideal
El material ideal para el empacado y distribución de los productos, debe aportar protección al mismo, por lo tanto, debe ser resistente y durable.
De igual manera, se espera poder rotular o imprimir las marcas distintivas de las empresas, por lo que su superficie debe tener la porosidad necesaria para aceptar este procedimiento, pero suficientemente aislante como para que las propiedades del producto no se alteren.
Preferiblemente, debe aportar y compartir un valor esencial, como lo es la sostenibilidad y respeto por el medio ambiente.
Este concepto se ha ido instalando en el mundo de las marcas, por ser una característica que cada vez más se busca, por parte del consumidor.
El empaquetado resulta decisivo en la gestión de las marcas, ya que la presentación del producto impacta en principio por el canal visual.
Lo que resalta a primera vista por tamaño, color, reusabilidad, valores y cuidado ambiental, puede marcar la diferencia, en el momento de decidir la adquisición de un determinado producto, en una estantería con mucha diversidad.
Marcar la diferencia a través del packaging, es una de las funciones primordiales del procesamiento de las marcas.
Así tenemos que de acuerdo al sector que va dirigido el producto, se elegirá un empaque grande, o pequeño. Con formas diferenciadas, o comunes, y con ciertos colores y mensajes en su diseño.
El empacado, como tal, puede convertirse en una marca por sí mismo, siempre que haya sido cuidadosamente planificado.
Para sacar el mayor partido posible al empacado del producto ya terminado, se recurre a los expertos en gestión de marcas.
Ellos tienen el conocimiento y herramientas apropiadas, para hacer resaltar tu producto, y colocarlo dentro de la intención de compra de los consumidores. No dudes en acudir a los expertos.